La demencia en el anciano es una enfermedad inespecífica, se da cuando el anciano ha perdido las capacidades mentales y necesita soporte o supervisión para realizar las tareas más comunes.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) explica la demencia como «un síndrome progresivo, caracterizado por el deterioro de la cognición, más allá del envejecimiento normal. Afecta a funciones superiores como el pensamiento, la orientación, cálculo, memoria, atención, juicio, etc.
El término demencia senil se considera actualmente erróneo, y no debe utilizarse. Por eso hablamos solamente de demencia.
La demencia no tiene por qué aparecer en el envejecimiento del ser humano. no es inherente a la edad. Por tanto, hay que distinguir entre los fallos de memoria normales de la edad y la situación patológica de sufrir una demencia.
Veamos pues qué es una demencia, sus posibles causas y efectos, así como saber hacerle frente.
¿Qué es la demencia en el anciano?
La demencia en el anciano posee una serie de síntomas que aparecen debido a cambios en las funcionalidades del cerebro caracterizados, primordialmente, por el deterioro de la memoria. Además, se asocian también trastornos en la toma de decisiones, cambios en la personalidad del adulto mayor, alteración de la atención y del juicio.
Todos estos síntomas afectan de manera clara en las actividades de la vida diaria de los ancianos, provocando cambios en sus relaciones sociales y alterando la normalidad de su quehacer diario.
La demencia más conocida es la enfermedad de Alzheimer , seguida de cerca por la demencia de tipo vascular y la demencia por cuerpos de Lewy. Son enfermedades progresivas, sin cura y limitantes.
Las fases de la demencia afectan a la persona y su familia
Causas y síntomas de la demencia en el anciano
Los síntomas más comunes que aparecen en la demencia están relacionados con las funciones del cerebro como:
- Cambios de humor y personalidad frecuentes y sin sentido.
- Alteraciones en el habla, no encontrar palabras.
- Pérdidas de memoria, a corto y largo plazo.
- Dificultades perceptivas de tiempo y/o espacio.
- Disminución progresiva de habilidades cognitivas.
Además, existen otra serie de síntomas como:
- Alteración del ciclo circadiano (dormir de día, insomnio por la noche).
- Agotamiento ante actividades normales, que se realizaban sin esfuerzo.
- Aumento de la apatía, no mostrar interés por aficiones anteriores.
- No tener coordinación motriz, alteraciones en el movimiento.
- Ayuda para realizar las tareas de actividades habituales
- Aparición de incontinencia urinaria y/o fecal
- Subida de infecciones, debido al descenso de defensas del organismo.
De forma general, la demencia aparece a partir de los 60 años. Por lo tanto, el envejecimiento es uno de los factores de riesgo más significativos, pero no el único. La demencia aparece por el daño o la pérdida de las células nerviosas y sus conexiones neuronales. Según el área cerebral afectada, la consecuencia será distinta.
La demencia en el anciano también puede aparecer por enfermedades y lesiones cerebrales, tales como infecciones, alteraciones metabólicas, depresiones o accidentes vasculares cerebrales.
Tipos de demencia
Existen múltiples clasificaciones de las demencias. Una de las más útiles y fáciles suele ser clasificarlas en primarias (de origen propio) o bien secundarias ( a causa de ).
Demencias degenerativas primarias
- Enfermedad de Alzheimer. Es la principal causa de demencia.
- Demencia con cuerpos de Lewy. debido a la acumulación de una proteína en determinas zonas del cerebro formando placas (cuerpos de Lewy).
- Demencia frontotemporal. Se llama así al grupo de enfermedades situadas en el lóbulo frontal y temporal cerebral, produciendo alteraciones en el comportamiento y el lenguaje.
Demencias secundarias
- Demencia vascular. Es el segundo tipo más frecuente de demencia. Obstrucción de los vasos sanguíneos o lesiones que causan infartos o hemorragias en el cerebro.
- Demencias producidas a raíz de infecciones, o por un traumatismo craneoencefálico, etc.
- Demencia asociada a la enfermedad de Parkinson. En la evolución del Parkinson suele aparecer la demencia asociada.
Fases de la demencia en el anciano
Clasicamente, y de forma genérica, las fases de la demencia en el anciano se divide en tres fases:
Inicial
En esta fase, el anciano aún puede funcionar de manera independiente en su vida diaria. Realiza de forma correcta, con algo de supervisión, las actividades de la vida diaria.
La demencia comienza a notarse en pequeños detalles, como que siente que su memoria ya no es la misma, olvida citas que tenía pendientes, realizar pagos, etc.
Otros síntomas comunes son:
- Olvidar nombres de personas conocidas recientemente.
- No acordarse de dónde ha dejado objetos comunes.
- Dificultades para encontrar las palabras adecuadas en una charla
Moderada
Es la fase dónde se acude al médico debido a las afectaciones que presenta el anciano. Suele ser la fase de duración más larga.
Se caracteriza por los siguientes síntomas:
- Aparece desorientación en espacio y tiempo.
- Alteraciones en la memoria reciente de forma clara.
- Desanimo, frustración, cambios de humor.
- Aislamiento, disminución de las relaciones sociales.
- Lenguaje confuso, incoherente, falto de vocabulario.
- Aparecen rasgos de desconfianza e inseguridad.
- Imposibilidad de llevar cunetas de dinero.
- Aparición de la deambulación errante, sin rumbo.
- Problemas para realizar las tareas diaria comunes como cocinar, lavarse, vestirse, etc.
Severa
El anciano requiere de ayuda de un tercero para poder sobrevivir:
- No reconoce a familiares cercanos ni a él mismo.
- Imposible mantener una conversación.
- alteraciones severas de la motricidad.
- Incontinencia.
- Posibilidad de aparición de disfagia.
- aumento de las infecciones y muerte.
Diagnóstico de la demencia
Por sí sola, no hay prueba que diagnostique la demencia. El diagnóstico se basa tanto en la evaluación neuropsicológica como en pruebas de imagen. Se usan diversas herramientas:
- Evaluación neurológica: se evalúan la memoria, habla, equilibrio, movimiento, reflejos, atención.
- Pruebas cognitivas y neuropsicológicas: Diversos test nos ayudan a examinar las capacidades cognitivas, memoria, orientación y juicio.
- Pruebas de imagen: La tomografía computarizada (TC) y resonancia magnética (RM) pueden ayudar a comprobar la existencia de elementos que puedan provocar la demencia.
Prevención de la demencia en el anciano
La mayoría de las enfermedades neurodegenerativas carecen de medidas preventivas concretas.
Últimamente se ha comprobado que hábitos saludables que conlleven una vida sana, saludable y equilibrada, ayudan a prevenir la aparición de la demencia.
Realizar ejercicio cada semana, al menos media hora al día, comer de todo y saludable, así cómo evitar tóxicos, en este caso el alcohol y el tabaco, son condiciones básicas para prevenir la demencia.
Y ante cualquier duda o sospecha de síntoma de demencia en el anciano, acuda a su médico de referencia.