Efectivamente, existe la celiaquía en ancianos. Aunque es de más difícil detección y diagnóstico en la edad adulta, porque se suele confundir o asociar sus síntomas con otras enfermedades, el avance de la medicina ha permitido que cada vez se pueda diagnosticar de manera más rápida y sencilla.
Conocer cuales son sus síntomas y qué podemos hacer ante esta dolencia es el eje de este artículo.
Aumento de diagnósticos de celiaquía a partir de 60 años
Las cifras de celiacos en edad adulta han aumentado en los últimos años y el 20% de los diagnósticos que se realizan en edad adulta corresponden a personas de más de 60 años, según señala la Asociación de Celiacos y Sensibles al Gluten de Madrid.
A partir de los 65 años, la celiaquía es más común en hombres que en las mujeres. Es fundamental diagnosticar esta dolencia en ancianos, porque sus síntomas pueden ocasionar efectos a largo plazo, como problemas para absorber nutrientes, lo que puede generar carencias nutricionales, además de alteraciones y daños en el intestino delgado.
Como explicamos en una anterior artículo de nuestro blog, la alimentación en ancianos es fuente de salud.
Síntomas de celiaquía en ancianos
Tener en cuenta el origen de los alimentos, crucial en celíacos
Los síntomas de la celiaquía en edad adulta son muy diferentes a los que presentan los niños celiacos y en muchas ocasiones la celiaquía aparece en una versión silente, es decir, asintomática.
Este hecho complica aún más el despertar la sospecha y por tanto comenzar las pruebas que podrían conducir a un diagnóstico y tratamiento precoces.
El punto más importante para llegar a un diagnóstico de celiaquía es, simplemente, tener en cuenta los posibles síntomas de la enfermedad:
- Episodios frecuentes de ardor
- Dolor y distensión abdominal
- Digestiones lentas y pesadas
- Alteración del hábito intestinal (diarreas y/o estreñimiento)
- Deficiencia de vitaminas y minerales con lo que puede aparecer anemia, osteoporosis, etc
Normalmente predominan los síntomas extra digestivos, con lo que es más complicado despertar la sospecha en el médico y a veces ésta llega de la mano de una analítica alterada o a través de los estudios familiares que se hacen cuando aparece un celiaco en la familia.
En definitiva, llegar a un diagnóstico final de celiaquía en ancianos es el resultado de una combinación de datos clínicos (analíticas, pruebas intestinales, etc) con la puesta en marcha de una dieta sin gluten, observando sus resultados.
La alimentación como solución al trastorno
El tratamiento de la celiaquía consiste en seguir una dieta estricta libre de gluten de por vida.
El gluten es una proteína que está presente en algunos cereales como el trigo, centeno, cebada, triticale (híbrido de trigo y centeno), kamut, espelta y en la avena. Evitarlo va a permitir una recuperación del funcionamiento del intestino, tanto morfológicamente como de procedimientos.
Una vez que se ha eliminado el gluten de la dieta, puede apreciarse una mejoría de los síntomas en un par de semanas. Según los datos estadísticos, en unos meses el paciente consigue un buen estado nutricional. Pero, atención, pueden pasar hasta dos años hasta que las pruebas clínicas sean completamente normales.
La eliminación del gluten de la dieta no es sencillo. Muchos de los productos habituales de nuestro menú diario están en contacto de una u otra forma con algún tipo de cereal. Asimismo, este tipo de dieta supone un sobrecoste a las familias –por el precio en general mayor de los productos sin gluten– que pueden provocar el abandono de esta terapia/dieta.
Al mismo tiempo también se recomienda, al principio del tratamiento, suprimir la lactosa, debido a que es frecuente que la intolerancia a la lactosa acompañe a la celiaquía.
Además, hay que tener en cuenta que a los pacientes con celiaquía se les suele añadir a su dieta suplementos vitaminados y de hierro, por la deficiencia que suelen asociar. Del mismo modo, el calcio suplementario debe formar parte de dichos complementos.
En el caso de los ancianos, deberían consumir menos cantidad de hidratos de carbono, evitando las pastas y los arroces y creando buenas recetas con verduras frescas.
Control de los alimentos para personas con celiaquía
Evolución de la celiaquía en ancianos
Una vez que la persona sigue un tratamiento mediante una dieta estricta exenta de gluten, puede llevar una vida normal, larga y saludable.
Hay que tener en cuenta que para ello no ha tenido que sufrir un daño irreversible antes de que se le diagnosticase la enfermedad. Por eso, la prevención y detección precoz es tan importante
Las personas celíacas tienen que prestar atención a los alimentos que consumen. Los datos así lo indican: entre el 70% y el 80% de los productos alimenticios manufacturados contienen gluten.
Esto es debido a que el gluten se emplea en la elaboración de conservantes, espesantes, colorantes, aromas y condimentos y, por lo tanto, puede estar presente en salsas, sopas, fiambres, rebozados, conservas, etcétera.
Hoy por hoy se considera una enfermedad de evolución benigna en la mayoría de los casos una vez diagnosticada y retirado el gluten de la dieta.
Por tanto, prevención y dieta. Siempre consultar al médico o al nutricionista titulado.